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¿Balón gástrico ingerible o endoscópico? ¿Qué es mejor?

Existen diferentes tipos de balón intragástrico, un procedimiento sin cirugía que permite perder una cantidad de peso considerable en poco tiempo. No obstante, el tratamiento incluye, además de la colocación del balón en el estómago, un programa multidisciplinar para que el paciente adquiera unos hábitos de vida saludables.

El balón gástrico tradicional puede permanecer en el cuerpo seis o 12 meses -según tipos-, mientras que el ingerible se destina a casos de obesidad menos severos y solo tiene una duración de cuatro meses. A continuación te explicamos al detalle las particularidades de cada una de estas clases de balón intragástrico.

Balón gástrico tradicional: con endoscopia

Un tratamiento con el balón gástrico tradicional se caracteriza por su seguridad y efectividad. Este método, conocido como balón gástrico endoscópico, consiste en llevar a cabo una técnica poco invasiva para colocar el balón en el interior del estómago. Una vez introducida esta esfera, ocupa una parte significativa del espacio gástrico, lo que contribuye a generar sensación de saciedad y a controlar las respuestas emocionales relacionadas con la alimentación.

Durante la endoscopia, un médico especializado en endoscopias introduce un tubo flexible, conocido como endoscopio, por la boca del paciente hasta llegar al estómago. Una vez situado correctamente, el especialista desliza por el tubo el balón desinflado utilizando una guía hasta comprobar que la ubicación es la adecuada. Para asegurarse ello, se utiliza una cámara que se encuentra en el extremo del endoscopio. Mientras tanto, la persona no siente molestias porque está bajo los efectos de la anestesia o de una sedación.

El siguiente paso es inflar la esfera con una solución de suero salino hasta alcanzar el tamaño deseado. Esto significa que el balón ocupará alrededor del 30-40% del espacio disponible en el estómago. Tras ello, se retira la guía utilizada para el inflado y se sella la válvula de cierre. Todo este proceso, sin embargo, suele tener una duración de solamente 30 minutos, sin necesidad de cirugía. Además, es importante destacar que no quedan cicatrices y que no se requiere hospitalización.

Seis o 12 meses

Esta tipología de balón gástrico tradicional tiene dos variantes: de seis y 12 meses. Se debe elegir una u otra en función del peso que se desee perder, siendo el de un año el que permite reducir más cantidad de kilos. Concretamente, se puede llegar a una disminución de peso de entre 20 y 35 kilos, aunque existen muchos casos donde la pérdida ha sido aún mayor. El balón, posteriormente, es retirado por el médico cuando acaba su vida útil.

Balón gástrico ingerible: sin endoscopia

El balón gástrico ingerible ofrece una forma innovadora de abordar la pérdida de peso, ya que el balón se ingiere junto con agua. Se trata de una cápsula de gelatina animal que se descompone y se mezcla con los jugos gástricos del estómago, y que en su interior alberga el balón. No obstante, no basta con tragarla. La cápsula está unida a un fino tubo o cánula que facilita su ubicación. Una vez que se confirma que el balón se encuentra en el estómago, se procede a su inflado y se llena con una solución estéril de, aproximadamente, 550 cc de líquido. Después, se retira cuidadosamente el tubo, dejando solo el balón dentro del estómago. En total, se tarda solamente 20 minutos.

Los balones gástricos ingeribles están diseñados para permanecer en el estómago durante un período de cuatro meses. Durante este tiempo, el balón cumple su función. Y una vez finaliza, la esfera se degrada y se elimina de manera natural a través de las heces. El material es delgado, lo que facilita su excreción sin causar molestias significativas.

De promedio, los pacientes pueden perder hasta 15 kilos con un balón de estas características (en una sola aplicación). Y no se requiere sedación ni procedimientos endoscópicos. Sin embargo, es importante mencionar que la colocación del balón puede generar cierta incomodidad y molestias debido al proceso de ingestión -no olvidemos que va acompañado de la introducción de una cánula- y a que no se aplica anestesia ni sedación.

 

El tratamiento, sea endoscópico o ingerible, se complementa después con un seguimiento nutricional, físico y psicológico, ¡para un auténtico cambio en el estilo de vida!

 

¿Qué balón gástrico elijo para mí?

Respecto a la duración, puedes seleccionar el balón de cuatro meses, el de seis o el de 12. Como hemos señalado antes, el de cuatro meses -ingerible- hace perder, como máximo, unos 15 kilos. Y esto no es suficiente para ti, los que duran medio año o un año completo pueden favorecer una pérdida más notable: unos 35 kilos, o incluso más. Tu especialista te recomendará si, en este último supuesto, es suficiente con el de seis meses o hay que optar por el de 12.

Y en lo que se refiere a los procesos y a tu bienestar en el momento de la colocación, debes tener en cuenta las ventajas y desventajas de cada método. Si bien los balones de seis y 12 meses requieren una intervención endoscópica, esta técnica no es una cirugía y facilita la introducción del balón sin dolor ni sensaciones desagradables gracias a la anestesia o la sedación. Aunque no se disuelven, y hay que extraerlos de nuevo mediante endoscopia, una vez finalizado su efecto.

Por otro lado, el balón ingerible con agua, pese a ser novedoso en cuanto a no necesitar el uso de anestesia y a que se expulsa solo, es algo dificultoso de colocar. Pese a que se prescinde de la endoscopia, de igual manera se introduce un pequeño tubo que puede hacer pasar un mal rato al paciente. ¡Pero solo son 20 minutos!

La decisión

En definitiva, para tu elección, a pesar de que te inclines por uno u otro tipo, debes confiar finalmente en el consejo de tu médico, quien te dará la mejor recomendación estudiando tu caso.


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