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La blefaroplastia o cirugía de párpados es una intervención quirúrgica que soluciona la caída de párpados y reduce notablemente las bolsas en los ojos (blefaroplastia superior y blefaroplastia inferior, respectivamente). Estas características hacen que parezcamos más mayores y cansados. Incluso, en algunas ocasiones, podrían hasta entorpecer la visión.
El tratamiento de blefaroplastia puede hacerse de forma aislada o junto con otras cirugías del rostro, como el lifting. La caída de párpados y las bolsas en los ojos en ocasiones tienen carácter hereditario, pero también pueden aparecer por el simple paso del tiempo.
En la primera visita el experto evaluará el estado de tus párpados y de las bolsas de tus ojos. Y va a valorar si es necesaria una blefaroplastia superior, inferior o las dos. Además tendrá en cuenta si llevas gafas o lentes de contacto, y te pedirá que previamente te sometas a una revisión oftalmológica.
Existen dos técnicas de blefaroplastia: la blefaroplastia superior o por vía externa (donde la fina cicatriz queda escondida en el pliegue de los dos párpados) y la blefaroplastia inferior o por vía transconjuntival, mediante la cual se vacían las bolsas grasas a través de la mucosa interna. En ocasiones, el exceso de grasa retirado se puede usar para tratar las ojeras, si el paciente las tiene hundidas o de aspecto huesudo.
En la primera consulta preoperatoria tu cirujano evaluará exhaustivamente el estado de tus párpados y/o las bolsas, identificando los depósitos grasos si los hubiera y evaluando las condiciones de la piel de tus párpados. Además, estudiará los resultados de la revisión oftalmólogica.
La blefaroplastia se practica de manera ambulatoria, por lo que no es esencial el ingreso en el hospital. Solo permanecerás en observación unas horas después de la cirugía. La anestesia es local, pero con sedación, por lo cual permanecerás dormido en el quirófano. Al terminar te van a aplicar una pomada para lubrificar los ojos y te colocarán esparadrapos quirúrgicos.
A la salida de quirófano te ingresarán unas horas y, una vez que te encuentres en tu domicilio, tienes que intentar sostener la cabeza lo más erguida posible. En el momento de tumbarte puedes ayudarte de unas almohadas para alzar un poco el cuello y la cabeza. Además, es aconsejable que te apliques compresas frías con agua o infusión de manzanilla, con los ojos cerrados y siguiendo las advertencias de tu experto. A lo largo de los primeros días puedes ver lagrimeo u otras afecciones en los párpados y en los ojos, que se calmarán con el paso de las horas y la medicación. Y si ha sido necesario utilizar puntos, te los retirarán cuando haya pasado la primera semana.
Diez días después de la operación, los pequeños hematomas producidos por la blefaroplastia irán minimizándose y tendrás la posibilidad de incorporarte a tu trabajo o rutina habitual. Desde los 15 días, ya llevarás una vida completamente normal. Pero a lo largo de los dos primeros meses vas a tener que proteger el área operada de los rayos solares con gafas de sol -que sean lo suficientemente grandes para que te cubran también las sienes, y así mantener a salvo la zona por todos los ángulos-.
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